Hay un lugar, muy cerca de aquĂ donde no llega el aire. La luz del sol no puede pasar se disuelve entre humo.
La fábrica tiene un ritmo infernal dĂa y noche, no quiere parar. Los coches invaden todo lo que ven sin cesar. Grupos de gente sin nada que hacer se calientan las manos, miran al fuego, quisieran saber cuál será su futuro.
Mi ciudad no está para bromas, no puede esperar. Mi ciudad quedó como centro en la inmensidad. Mi ciudad sirvió de refugio a quien necesitó. Un horizonte para comenzar, un lugar donde vivir.
Casas en ruina, visible humedad que se agarra a los huesos. Viejas farolas, no alumbran ni a dios en las noches de invierno.