La piel de tu dromedario me abriga como tus besos y arropa el llanto del preso aquel que te recuerda a diario.
Un hombre espera en el desierto a que se tiña de gris el cielo, a que me ames en hasanĂa, a que devuelvan la melodĂa que le robaron al viento. La arena de los relojes hizo crecer el desierto.
Desde los acantilados de Bojador cantan las olas: "basta ya de derrotas". El hombre del desierto esperĂł demasiado.
Un hombre espera en el desierto a que se tiña de gris el cielo, a que me ames en hasanĂa a que devuelvan la melodĂa que le robaron al viento. La arena de los relojes hizo crecer el desierto.
La arena de los relojes hizo crecer el desierto
Compositor: Ismael SerranoPublicado em 2002ECAD verificado fonograma #5809240 em 14/Abr/2024 com dados da UBEM